Nos cabe el consuelo de que volvimos menos de lo que llegamos, pero seguimos sabiendo demasiado poco del pasado minero de estas alturas...
Y lo cierto es que se ven multitud de bocaminas y restos arruinados de construcciones a menudo mimetizados entre tanta piedra blanca.
Aprendimos a distinguirlas desde lejos (cosa no tan evidente como pareciera, tantas son las simas y cuevas que les hacen competencia). Las que pudimos ver se encuentran en la Torre de Altaiz. Desde su base hasta no lejos de su cima. Cuesta de creer.
Son estas:
Son estas:
La flecha roja señala la construcción que luego veremos y el recuadro rojo una bocamina.
Ambos se sitúan en la vía normal.
Las flechas rojas superior e intermedia señalan lo indicado en la panorámica anterior.
La flecha roja inferior indica la bocamina que vimos al ir al Madejuno.
Y así las vimos:
En el centro de la fotografía (tomada a escasos metros de la cima) se ven los restos de la construcción mencionada.
Este es el camino minero que baja de la construcción anterior y que hace las veces de vía normal a la cresta cimera.
Y así se ve hacia fuera y hacia adentro desde la bocamina que aparece en ese camino.
Esta es la bocamina que se encuentra en la misma base de la montaña. ¿JST 4?
En el mismo Collado de Fuente Escondida hay estos otros restos:
Casi irreconocibles. Y tantas otras así en las cuatro direcciones
Al día siguiente de Madejuno, en el casco antiguo de Ribadesella, a punto de salir de este pasadizo, la imagen de las bocaminas acudió como un relámpago.
En fin, decidimos no elucubrar sobre la vida que los mineros debieron llevar en aquellas otras.
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