lunes, 27 de septiembre de 2021

25 AÑOS Barranco os Cochás

Un día como hoy, el 29 de septiembre de 1996, hace 25 años, cuatro afortunados amigos realizamos el primer descenso del Barranco os Cochás, afluente ignorado del famoso Barranco Mascún.
Os Cochás se encuentra en lo que llamábamos "el otro lado de Mascún".

Este es el lado que todos conocíamos bien. Por él sube el camino que remonta a Costera d'Otín.

Este es el otro lado. El de Pallebla. La flecha roja sitúa el Barranco os Cochás.

Se conoce por Pallebla a una gran parte de toda esta vertiente izquierda del Barranco Mascún, Barranco os Cochás incluido. Ya hacía mucho que era territorio completamente abandonado y caído en el olvido. Eran realmente muy pocas las personas que por allí se acercaban.
Lo abrupto del terreno al aproximarse al borde del cañón se trasluce en las dificultades de las minutas cartográficas de los años 1927-28 que preparaban el futuro mapa 1:50000.

La indicación del sector que incluye os Escuros (donde desemboca os Cochás) no puede ser más explícita: "inaccesible".

La persistencia del desconocimiento preciso de esos lugares se demuestra en el error cometido al dibujar el primer mapa 1:25000, publicado al año siguiente de nuestra apertura:


El trazo azul grueso de la izquierda y la línea roja de la derecha señalan la desembocadura real del Barranco os Cochás. Este final es tan estrecho que permanece disimulado al margen de la aparente lógica del terreno.
(Izquierda: mapa IGN serie 1:25000, hoja 249-I Rodellar, 1ª edición 1997)
(Derecha: ortofoto Instituto Geográfico de Aragón, vuelo de septiembre 1997)

DARSE CUENTA
Entonces, si tan complicado es y escondido está ¿cómo caímos en la cuenta de su posible interés? La verdad es que visto desde el lado de en frente, el de Otín, nada hace pensar que pueda haber otra cosa que canales y carrascas (como se ve en la panorámica de más arriba).
Pero la suerte es caprichosa y yo tenía la fortuna de una buena amistad, la de Laurentino Ceña, excepcional piloto en aquel entonces del helicóptero de rescate en montaña. Gracias a "Tino", os Cochás se nos reveló desde el aire al sobrevolar a muy baja altura todo el maravilloso Barranco Mascún. Y así, el 24 de julio de ese mismo año 1996 tengo anotado:
"Juraría que hay un barranco afluente al Mascún justo a la salida de los Oscuros"
Al pasar por encima recuerdo muy bien ver una grieta oscura que entraba perpendicularmente al corte de os Escuros...

Y ciertamente, si ya hemos visto lo disimulado de su curso final, no lo es menos desde el fondo del cañón. El pasillo final no se distingue en absoluto y por lo tanto no es nada fácil adivinar su existencia pasando por las galerías de os Escuros. Sin embargo, las evidencias, aunque bien discretas, existen:

En la pared de la derecha del cañón la roca aparece claramente lavada, incluso hay algunas oquedades bien pulidas por el impacto del agua.

Y esta es la explicación:

El caudal temporal de os Cochás resbala por la pared y salta hasta la pared de en frente, lavando todo su recorrido.

No es habitual ver activo os Cochás, pero poco después de su descenso mi amigo Agustín Abarca me comentó sorprendido que efectivamente él vio una vez caer agua por allí...

Puestos a ser puntillosos, hay un lugar preciso en esta galería desde el que se ve algo. Seis meses después, el 28 de marzo de 1997, volví a pasar por los Oscuros de Mascún, esta vez con unos clientes, y anoté:
"En la galería de los Oscuros, antes del giro de 90⁰ y junto a la pared de la izquierda hay un sitio desde el que se ve a lo alto el estrecho de salida del Barranco os Cochás".
Aunque cierto es que, sin saber que se trata de un barranco afluente, no puede suponerse lo que se ve (un corte entre tantos del Mascún) como un estrecho labrado por el agua.

LLEGAR
Bien, decidimos bajar por él. Imposible resistirse. Pero primero teníamos que llegar, ¿cómo?
En 1996 solo disponíamos de 3 mapas topográficos y de escala bien poco práctica: IGN (1:50000, 2ª edición, 1952), Servicio Geográfico del Ejército (1:50000, 2ª edición, 1988) y Editorial Alpina (1:40000, 1990). Solo el de la Alpina nos pudo servir de ayuda.


Izquierda: IGN. Centro: SGE. Derecha: Ed. Alpina.
Doble flecha rosa: Barranco os Cochás.

El mapa del IGN solo señala el Camino Fabar (doble flecha azul) y su continuación hacia Bagüeste. Además, no solo la zona de os Escuros carece de verosimilitud sino que el Barranco Chiral (el que discurre paralelo al de os Cochas y desemboca en este poco antes del final) ni siquiera aparece dibujado.
En cambio, el del Ejército es mucho más preciso y dibuja el Barranco Chiral. Además sitúa el antiguo Camino Pallebla (doble flecha naranja) que de momento desconocíamos.
Finalmente, el mapa de la Editorial Alpina se ajustaba un poco más a la actualidad. Sobre todo, situaba las pistas de petroleros. Gracias a ellas pudimos "humanizar" un poco la aproximación: el recuadro rojo señala el tramo de unión entre pistas, el escollo a salvar.

En ese momento desconocíamos todavía el mencionado Camino Pallebla (el que en la actualidad, ya recuperado, se utiliza para la "Vuelta a Mascún"), de manera que decidimos solventar el acceso, como vulgarmente se dice, a las bravas. No recuerdo con detalle como resultó ese tramo entre pistas. En la memoria no guardo una excesiva sesión de vegetación ¿quizá lo bueno que vino después me hizo olvidar todo esto?
Ciertamente alcanzamos el pequeñito cauce de os Cochás. Seco y muy discreto, pero un cauce. Solo restaba bajar.
Curioso, en la primera parte del descenso una senda medio perdida llegaba por la izquierda. Estaba marcada con unos puntos rojos.

EL DESCENSO
Apunté unos 20 minutos de piedras y una vegetación que no era excesiva hasta que topamos con el primer escalón rocoso. Pintaba bien, se notaba erosionado y bastante limpio de arbustos.
A partir de allí ya entramos en un ambiente más abrupto y se sucedían resaltes y vegetación. No sabíamos muy bien qué pensar, nos limitábamos a seguir.
Cuando llegó por la derecha la confluencia del Barranco Chiral (también seco) todo pegó un cambio. Nos dimos cuenta de que entrábamos en el ámbito rocoso del corte del Mascún. El cauce giró y entramos rapelando entre contrafuertes y agujas. Ahora sí que parecía prometer y a la duda de si merecía la pena sucedió el misterio de por donde íbamos a desembocar.

Un primer rápel por marmitas secas pero amplias (qué buena señal) nos metió en el desfiladero final:


Izquierda: Vincent rapela por esa pulida entrada el día de la primera (1996).
Derecha: Mendi arriba y Anabel abajo en ese mismo lugar el 26 de junio de 2011, un árbol caído ocupaba entonces la base.

El pasillo seguía limpio y los resaltes bien pulidos.

No tardamos en llegar a un claro del cauce, el lugar donde los mapas (en especial el futuro 1:25000 del IGN) equivocaban la desembocadura:

Esta es la imagen desde el "colladito" de la margen izquierda de ese claro de os Cochás.
El Barranco Mascún (flecha roja) gira allí justo en la salida de os Escuros. La flecha rosa punteada (izda) es la desembocadura equivocada que iba a figurar al año siguiente en el mapa del IGN. La flecha rosa contínua (dcha) es la desembocadura real.

Tras este rellano soleado, ideal para descansar, ver paisaje y reponerse, empezó la "pequeña gloria" que nos acompañará hasta el final de nuestros días. Tan breve como maravilloso. Era la grieta que había vislumbrado fugazmente dos meses antes:

Inicio del estrecho final tal y como estaba aquel día de 1996. Nunca nadie, ni siquiera los más peñaceros (habilidosos en terreno escarpado) de Otín, Letosa o Bagüeste, llegaron hasta aquí.


El segundo resalte del estrecho con su bloque empotrado.
Izquierda: las cuerdas encadenan el resalte siguiente durante el descenso de 1996.
Derecha: el mismo lugar en 2011, el rápel se ha desdoblado en dos (equipé ambos con spits en 1997 durante un descenso con clientes). La plantita de la izquierda de 1996 ha cambiado de lugar! pero las marmitas mantienen el mismo nivel de grava.

Inmediatamente después ya vimos que quedaba un resaltito y el barranco a continuación "se caía", era el momento que más esperábamos:


En la foto de la izquierda vemos el umbral que daba a las galería del Barranco Mascún tal y como estaba aquel 29 de septiembre de 1996. Estaba sin pisar, nadie se había asomado aún en toda su historia.
En la imagen de la derecha estoy yo, 15 años después.

Ese es el precioso umbral, en 2011. Mariano Mateos hace bien en atarse a la reunión.

Huelga decir que nos asomamos a la carrera:


Izquierda: tal y como lo vimos en 1996. Derecha: en 2011.

El cauce caía muy vertical y muy bien esculpido, luego se desplomaba... ¿Cuánto quedaría todavía hasta el cauce de os Escuros? Desde esta posición parecíamos estar en su tramo central, pero no veíamos el fondo ¿la cueva, las galerías, el tramo de rápeles? ¿dónde?
Bloqueadores en ristre por si teníamos que reinstalar colgados, empecé a bajar por tan bonito canalón.
De nuevo, la fortuna nos volvió a sonreir: una repisita, muy pequeña pero suficiente, se dibujó justo antes del desplome final. Tan estratégica como deleitosa para los ojos, qué bonito lugar:


Izquierda: foto de dos años después (1998) durante un stage de perfeccionamiento con la UCPA. Las personas están en la repisita, el canalón baja y el fondo no se ve.
Derecha: Mariano Mateos camino de la repisita en 2011.


Vista desde la repisita hacia aguas abajo (izquierda en 1996, derecha en 2011).


Vista desde la repisita hacia aguas arriba (izquierda en 1996, derecha en 2011).

Quedaba claro dónde estábamos: estupendo balconcito sobre la gran galería que separa la cueva del tramo de rápeles.


Esta es la vista en picado hacia el fondo. Izquierda (1996): desde el mismo borde del desplome ya iniciado el rápel. Derecha (2011): desde la repisita de la reunión.

En 2011 todavía estaba la primitiva instalación de este último rápel: 2 spits y un providencial puente de roca.


Esta es la llegada al Mascún, en 1996 (izda) y en 2011(dcha). La flecha roja señala por donde desemboca el escondido estrecho final.


La verdad sea dicha, desde este punto preciso hasta que llegamos a Rodellar no recuerdo nada de nada. Creo que, para lo que quedaba de ese día, ya no cabía más espacio para el recuerdo... Se comprende.

Como se trataba de un barranco seco (estábamos prácticamente convencidos de ello) me llevé una sencilla libretita de papel para el croquis. En ella lo dibujé sobre la marcha:



Al cabo de un tiempo lo pasé "a limpio":


No tardé mucho tiempo en volver: al año siguiente con clientes y buenos amigos. Así lo anoté:

Este día ya aprovechamos para mejorar alguna instalación. Y quienes en ese momento, a su paso por el fondo de Mascún, nos vieron bajar, bien sorprendidos se quedaron.

OS COCHÁS
En el croquis de campo puse simplemente "afluente de Mascún Superior", no teníamos ni idea de cómo se llamaba. Pero ese mismo año puede hablar con el señor Enrique Lardiés, de la Pardina Bellanuga, él nos dio el nombre: Barranco os Cochás. Años después tres vecinos de Otín (Esteban Bergés de casa Tejedor, Antonio Monclús de casa o Piquero y Juan José Santolaria de casa Cabalero) volvieron a confirmar su denominación. Gracias a todos ellos.

CUATRO AMIGOS
La memoria de aquel día nos pertenece muy bien a nosotros cuatro. En el ámbito de Mascún nos conocimos tiempo antes y en él hemos pasado muchas horas en busca de su pasado, no solo de su actualidad. Fue buena cosa que juntos pusiéramos fin al olvido del "otro lado del Mascún".


José Antonio Cuchí, Franck Dugravier, Vincent Dugravier, Enrique Salamero