El 5 de agosto en Inis Mór durante poco más de 4 horas.
Inis Mor. Dúcathair
(Fotos: aplicación Maps de iPad)
Y allí estaban.
Kilómetros de piedra plana. Kilómetros de piedras en equilibrio, de muros de piedra seca, dispuestos tal cual encima de un enlosado de roca y verde.
Este fue siempre el objetivo de venir aquí.
Difícil de expresar lo que uno siente en un lugar así.
Toda la plataforma muere, progresivamente desgajada, en el mar. Y sigue viva.
Empezamos a andar, y al girar hacia el acantilado todo empieza:
Uno tras otro:
Este fue siempre el objetivo de venir aquí.
Difícil de expresar lo que uno siente en un lugar así.
Toda la plataforma muere, progresivamente desgajada, en el mar. Y sigue viva.
Empezamos a andar, y al girar hacia el acantilado todo empieza:
Uno tras otro:
Hasta el mismo borde del mar.
Supuestamente en verano somos muchísimas las personas que acudimos a Inis Mór. Por supuesto, no soy quien para ponerlo en cuestión. Pero el 5 de agosto no vimos nada que se pareciera, ni de lejos, a una gran aglomeración. Y contadísimas fueron las personas que vimos en Dúcathair.
En cualquier caso fue una suerte para nosotros. Un paisaje así parece poderse apreciar tan solo en soledad.
Dias después, ya en casa, retomamos unas líneas de este buen libro:
"Los constructores de paredes golpean las piedras in situ atentos a su sonido. Cuando suena bien es que han encontrado su lugar junto al resto de miles de piedras que forman los muros y cierres que jalonan las islas. Cada piedra queda donde tiene que estar y estará, una estructura ya sea vertical, diagonal u horizontal (...) Una soledad verde-gris acotada. Son atrayentes en su grisura como extraños en su conocida falta de autoría. Los denomino Arte debido a su incesante, austera y repetitiva variedad (...) Y a diferencia del arte realizado por artistas conocidos, podemos amarlos sin amar al autor. El yo del constructor se encuentra en el viento que sopla a través de la isla desde todas las direcciones. Además, se trata de colaboraciones de artistas que en su mayoría han marchado y no han sido recordados. Son monumentales aún sin el ego (...) El terreno está delimitado pero nosotros somos libres. Miramos, vemos y el dibujo está en todas partes y milagroso"