jueves, 14 de septiembre de 2017

PASOLÉN Y ARTICAZOS. 1989, 1993, 2005, 2017...

En 1989, cuando efectuábamos el primer descenso del Barranco Chimiachas encontramos estupefactos un antiguo camino que cruzaba el barranco de forma espectacular (ver aquí). Se trataba del Paso de los Articazos.
Hasta ese momento ni este ni el de Pasolén eran conocidos más allá del ámbito privado de las personas mayores del lugar. Nosotros, por supuesto, no conocíamos de ellos ni su nombre.
Hoy en día la cosa ha cambiado y desde hace tiempo el statu quo de ambos ya no es el mismo.
Vamos a repasar aquí los años transcurridos.


Localización (con teleobjetivo) de Pasolén (flecha roja) y Paso de los Articazos (flecha rosa) desde la divisoria que de Alquézar sube a Basacol. La flecha naranja señala el camino.

1989. Articazos
Ya lo hemos comentado al principio, fue el año que nos encontramos el Paso de los Articazos.


El Paso de los Articazos visto desde la orilla de en frente y entre ambas el cauce estrecho y hundido del Barranco Chimiachas (foto del 7-febrero-1993)

A pesar de la sorpresa no dijimos nada en nuestro libro de barrancos de 1991, pero sí Jean-Paul Pontroué en el suyo de 1992:





"Avant la partie finale, remarquer sur la gauche le départ d'un petit sentier avec piquets de fer assez récents. Qui pouvait avoir intérêt à se promener dans tels parages? L'histoire du rio Vero reste à faire. En le suivant, on arrive en pente douce à la sortie des Oscuros du Vero. De l'autre côté, il doit remonter vers San Pelegrin! Chasseurs, pêcheurs, fuyards de quelle guerre?..."






Las barras de hierro no eran tan recientes pero, efectivamente, la historia del Vero (y de tantos lugares de estas sierras) estaba (y tememos que, en parte, siempre estará) por hacer...

1993. Pasolén
El año anterior habíamos recorrido el Camino de las Escaleretas y el señor Macario Bergés ya nos indicó que había oído hablar de ese paso que cruza Chimiachas (ver aquí).
En esta ocasión, José Antonio Cuchí y yo decidimos buscar el camino partiendo desde arriba. El 7 de febrero nos pusimos en ello y así fue como también dimos con Pasolén:


Así lo anoté en mi agenda.

Al principio no dimos con la verdadera faja, en seguida nos metimos por la que nos pareció más evidente. Aunque en la agenda la menciono como Fajana Esparraguera, en realidad no es así (se encuentra a otro nivel y algo más al norte):


1993. Esta es la faja equivocada. Bonitas vistas, eso si.

Este error nos permitió intuir la entrada adecuada. Y esta vez sí acertamos, pero del antiguo camino evidentemente ya no quedaba ni rastro. Simplemente fuimos bajando por donde considerábamos mejor.
Pronto apareció un estrangulamiento inesperado: Pasolén. Un rato después llegó Articazos.


Izquierda: la vira estrecha de Pasolén (doble flecha roja).
Centro: el camino (línea naranja) a su paso por el Barranco de Chimiachas con la situación del Paso de los Articazos (flecha roja). En la parte inferior se ve lo alto de la Cocineta y el cruce de la Fajana Esparraguera.
Derecha: el mojón de piedras que hicimos en 1993 al inicio superior del itinerario.


Aún a día de hoy se ve algo del antiguo acondicionamiento del camino.
Izquierda: Pasolén. Derecha: Articazos (el cable de la pared es moderno, pero los viejos restos de alambres que a modo de barandilla encontramos en 1989 y 1993 posiblemente se retiraron con la "restauración").

De vuelta en casa reseñé todo en mi cuaderno de caminos:




1996. Divulgación
Este fue el año de publicación del libro en el que explicaba algunos de los caminos y sendas "raras" del macizo de la Sierra de Guara. Aquí aparecieron por primera vez Pasolén y Articazos.



Para esta ocasión conseguí contactar con el señor Joaquín Rufas de San Pelegrín. No llegamos a conocernos personalmente pero pude pasarle algunas fotografías y un cuestionario que me respondió con precisión, siempre le estaré agradecido. Gracias a él pude volver a confirmar el nombre de los pasos, su uso para pasar hacia el Monte de Asque y averiguar algo más. Al parecer, en los años 1922 o 1924, un vecino de esta misma localidad llamado Simeón Grasa, acondicionó los pasos para favorecer el tránsito. Fue pagado por los vecinos de San Pelegrín, Radiquero y Asque, a razón de 10 céntimos por cabeza de ganado.
Lo que quedaba de ese acondicionamiento ya lo hemos visto en las fotografías de más arriba.

2005. Cambios
He vuelto muchas veces a Chimiachas y otras tantas he vuelto a ver Articazos.
Sin embargo, no fue hasta el 16 de enero de 2005 cuando de nuevo crucé Pasolén. Ese día ya encontramos el camino recuperado y ambos pasos equipados con cable y anclajes químicos.
Evidentemente, la consideración de los mismos ya es otra. La antigua necesidad de transitar por estos complicados lugares, el esforzado conocimiento de los mismos y la astuta capacidad de encontrar una manera de pasar por ellos dieron como resultado estas sendas y pasos espectaculares. En la actualidad, cuando se reequipan estos caminos no se piensa en la necesaria capacidad de quienes quieran pasar por ellos y no quiere asumirse ese riesgo inherente. En otras palabras se equipa no para la seguridad del individuo sino para que pasen cuantos más mejor; es la mentalidad del turismo de número.


Pasolén el 7 de febrero de 1993 y el 16 de enero de 2005.


El Paso de los Articazos el 7 de febrero de 1993 y el 16 de enero de 2005.


Otra imagen del mismo paso en las mismas fechas.

2017. Opinión
Recientemente ha aparecido un libro editado por el Ayuntamiento de Alquézar con las memorias de un señor oriundo del lugar. El autor dedica un capitulito entero a Pasolén.


Miguel Carravedo Fantova. Añoranzas de Alquézar. Ayuntamiento de Alquézar. 2017

En él se explica cómo ambos pasos fueron también utilizados para el paso y confinamiento de cabras, y posteriormente aprovechados cuando la repoblación forestal. Por ello no duda en emitir una observación, crucial a nuestro parecer:
"La quinta vez que fui me entraron ganas de llorar. Se ha instalado una sirga que convierte el paso en una memez. A quien subvencionara aquello, tarjeta roja y expulsión de la Administración, por ignorante y agresión medioambiental. Turismo puro y duro, del peor, del irrespetuoso con la naturaleza. Si no se puso la sirga en los cincuenta que había en juego salarios importantes, ponerlo ahora para unos turistas, muchos sin escrúpulos, me parece aberrante. Idiocia pura en el entendimiento de la naturaleza. Es mi opinión, claro y además inmutable."
Tal y como hemos indicado más arriba nos gustaría matizar la opinión haciendo referencia a la secular comprensión/identificación de la naturaleza por parte del hombre y su capacidad de actuar en ella solo lo justo y necesario. Algo que hoy en día parece casi desaparecido a merced de intereses bien diferentes y, esta vez, nada escrupulosos. Por eso nos gusta tanto leer estas líneas y suscribirnos a ellas.

Ya son varias las veces que hemos recordado en este blog (y en algún otro, ver aquí) aquellos años en los que, de una manera u otra, empezamos a buscar y encontrar otro tipo de caminos distintos a los que ya se conocían en Guara. Además tuvimos la suerte de llegar a tiempo de hablar de ellos con algunas de las personas ya mayores que los conocieron y recorrieron en su juventud. Por eso sabemos cuanto se quedará olvidado irremediablemente. Lo que sigamos encontrando se va a ir quedando, al menos en parte y por así decirlo, en el misterio.
Hoy en día la frecuentación de los lugares, incluidos estos curiosos pasos, se entiende de manera diferente a la de aquellos que por allí pasaron antiguamente, pero esto no debería ser una carta blanca para hacer de los mismos cualquier cosa. Debemos mantener un cierto respeto por todo aquello, no debemos alterar la huella histórica de quienes nos precedieron. Si ellos podían con sus medios, nosotros deberíamos ser responsables (y comedidos) con los nuestros. Debemos estar a la altura de lo que nos propongamos hacer y eso implica no doblegar al medio natural.
La queja del señor Miguel por el cable de Pasolén es justificada. Nunca hubo cable, no hace falta escalar solo tener el paso seguro.
Otros pasos y caminos "raros" permanecen intocados por estas sierras. Ojalá sigan así.