miércoles, 7 de agosto de 2019

DEAMBULANDO POR LA CRESTA ARAGÓN

Nuestra intención era subir a la Punta Aragon por la Chimenea Marsoo, recorrer la cresta hasta el Rein de Pombie y llegar luego a la cima del Midi d'Ossau. Bonito plan.



De los tres, ni Anabel ni Mariano habían estado nunca por este laberinto de torres y canales entre la Jean-Santé y el Rein de Pombie. Por mi parte la última vez que estuve por allí fue el 17 de julio de 1980 (hace 39 años) con Marco Mairal; junto recorrimos un simpático enlace de vías de mediana dificultad: Via de las Viras y arista del Pentágono hasta la Jean-Santé, bajada a la brecha y remonte del couloir Sanchette hasta la Brèche d'Aragon y arista Norte hasta la Pointe Aragon para bajar a continuación por la Chimenea Marsoo y las cornisas hasta la Grande Raillère.

Claro está, a dia de hoy tenía un recuerdo bastante difuso de la via normal, que en aquel entonces hicimos de bajada y, en este sentido, nos resultó bastante evidente.
Este 3 de agosto la cosa no resultó tan clara. Las "falsas cornisas" se ven con gran facilidad. En cambio no supimos identificar la zona de acceso a las "cornisas buenas". ¿Quizá si hubiéramos subido por la otra orilla de la pedrera la perspectiva nos habría ayudado? Con la de mojones inútiles que hay por esos montes, un buen "cairn" sí sería aquí de lo más oportuno. En fin...
El resultado fue que, probando probando, nos chupamos el ramal oriental de la bonita Grande Raillère hasta arriba del todo. Una larga tirada de "éboulis fastidieux" según palabras de la guia de Patrick Dupouey. "Marche pénible, éboulis instables" según la guia Ollivier. Progresiva cascajera de rocas lisas y piedras sueltas de todos los tamaños, según nosotros.

Izquierda: la parte todavía "amable" de la Grande Raillère.
Derecha: consuelo de bonitos contrastes entre piedra suelta y piedra suelta.

De esta manera nos plantamos en la base de la cresta Aragon, con la firme determinación de no bajar por semejante derrumbadero y salir por arriba a toda costa.
Comenzamos por una trepada evidente con tendencia a la derecha y cuando el patio se hizo demasiado evidente nos encordamos. En tres sencillos largos (el primero es el más empinado) alcanzamos una brecha en la cresta Aragon, a escasos metros de los bloques ciclópeos que esconde el túnel que mencionan algunas descripciones. Desde allí, si no se quieren complicaciones, unas viras por el lado Este llevan a un terreno fácil y al Rein de Pombie.

Ignoramos si alguien ha subido por aqui alguna vez. Nosotros dejamos constancia hoy. El itinerario que indica la guia Ollivier (el mismo tanto en su vieja edición como en la de 2007) se sitúa netamente más a la izquierda del que hemos seguido.

La cresta y la localización del itinerario.


Reseña.

Primer largo y ya al final saliendo al Rein de Pombie.



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