martes, 21 de febrero de 2023

¿UN GIGANTE GOLOSO?

Desde hace un tiempo se han recuperado en Tella dos viejos senderos que unidos conforman un precioso circuito por cornisas y acantilados que sobrevuelan la entrada al Congosto de las Devotas. Según se indica en el folleto explicativo (ver aquí) el inferior transita por lo que se conocía como as Faixas (sin mayor precisión) y el segundo por una faja más amplia llamada Lo Silban.

Senda por as Faixas (foto Mariano Salcedo).
Lo Silban.
(Fuente: ver aquí)

No nos detendremos en los múltiples alicientes de este interesante itinerario (cuevas-surgencia, inscripciones antiguas, ganado, usos de la madera...), pero sí lo haremos con un asunto que nos toca muy de cerca: la miel.

En otro lugar ya hemos tratado acerca del antiguo aprovechamiento de la miel rupestre (ver aquí). También publicamos un artículo al respecto (ver aquí).
Desde entonces la lista de lugares semejantes, en nuestra provincia, va creciendo lentamente. Su peculiaridad (alejamiento, discreción de lo que queda) les hace pasar normalmente inadvertidos.
Pues bien, a la vista de otros ejemplos nos parece que la conocida leyenda del gigante Silbán contiene un elemento que incumbe a todo este asunto de la miel rupestre. Se trata de algo bien material, para nada legendadario.

Aparece mencionado tanto el folleto como el cartel que se encuentra en el propio Lo silban:

Panel situado al pie del acantilado en Lo Silbán. El recuadro rojo señala lo que nos interesa.

Efectivamente, se trata de estacas de madera clavadas en las fisuras de la roca, del mismo tipo y en lugar semejante a otras que hemos encontrado anteriormente en otros lugares.

El recuadro rojo señala la situación de las estacas.

Ciertamente las estacas se encuentran muy altas pero hay que recordar que nos encontramos ante lo poco que queda de la instalación primitiva y que los palos no solo se utilizaban para agarrarse sino también como punto de apoyo de escaleras.

En rojo (flechas y recuadros) se indican las estacas.

La leyenda atribuye al gigante Silban la utilización de estos palos como medio de acceder a su cueva. Lo curioso es que no se menciona ninguna alternativa o uso distinto. ¿Tan antigua es la búsqueda de miel rupestre que nadie recuerda su práctica? Nos ha pasado lo mismo en el Valle de Rodellar donde, pese a la existencia de estacas parecidas, ya nadie de las personas mayores recordaba su uso.

Sin embargo la toponimia de la zona de Tella recoge un nombre de lugar que alude directamente a las colmenas que residían en los agujeros y grietas de las rocas, probando asi la existencia de las mismas y señalando el interés por ellas. Se trata del Forato los Arnalez (en aragonés un arnal es una colmena). Este nombre se menciona, lamentablemente sin ninguna localización, en el libro "Miradas desde Tella" (R. Lasaosa y M. Ortega, Ayuntamiento Tella-Sin, 2003). Cabe pensar sin embargo que probablemente se trata de la muy conocida Cueva de los Arnales (Cavernas. Especial nº1 monográfico Escuaín. Grup d'Espeleologia de Badalona. Badalona. 1986).

En lo que concierne a las estacas de la Cueva Silban figuran referenciadas en un informe de 2014:

Extractos del informe (consultable íntegramente aquí).
En el recuadro rojo se mencionan las estacas y el misterio de su situación.

Llama de nuevo la atención la ausencia de relación de estos restos con colmenas naturales. En no pocos lugares de la geografía, al menos de influencia mediterránea, este tipo de palos empotrados en fisuras y agujeros servían para acceder en pos de miel. Además de los ya señalados anteriormente (ver aquí) pondremos de ejemplo uno cercano a nuestra geografía, junto al pantano de Canelles:

En esta guía de escalada se recoge un ejemplo más de estas estructuras.
(Fuente: L. Alfonso. Montsec Oeste. Ed. La Noche del Loro. 2019)

Sin duda, otros lugares parecidos y con restos semejantes, tan aparentemente alejados de la memoria, irán apareciendo por estos y otros montes.


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