Desde tiempo inmemorial existen topónimos como Trás-os-Montes o Serra de Tramuntana. Los nombres de lugar son cosa honorable, reflejan el interés secular de las personas por nombrar el territorio por el que se movían. Su significado señala aquello que se encuentra detrás.
En cambio, desgraciado es el momento este en que vivimos, en el que la palabra "detrás" se limita a resumir, por el contrario, todo aquello que, tan solo en la memoria, vamos a poder conservar de lo que fue.
Este ha sido el destino del maravilloso Camino de las Escaleretas, en el muy conocido cañón del río Vero. Desde este otoño de 2021, todo aquello que fue (por lo que originalmente fue identificado, por lo que se utilizó, por lo que nos deslumbró a aquellos que lo reencontramos, por lo que significó para todos los que han venido después recorriéndolo), todo aquello ha quedado sepultado y desfigurado "detrás" de todo el macroequipamiento con el que el todopoderoso interés turístico de nuestros días va monopolizando, uno tras otro, lo que queda del patrimonio, natural y tradicional. Barrancos con pasarelas, valles con toboganes-tirolinas, caminos con barandillas y peldaños, repisas y resaltes con cables y sirgas, el pleno monte con carteles y letreros (con generalidades propias de la enseñanza escolar de cualquier lugar).
Convertir esta provincia en un reducto de turismo de ocio y diversión acaba por trastornar las cabezas y pervertir el pensamiento de quienes están detrás de todo ello. No paramos de constatar que la misma administración que publica las bondades del paisaje, su historia y su signifcado, ampara también su destrucción.
Hay quien se creerá este mundo en que vivimos, las normativas que condicionan nuestros movimientos por la naturaleza. Pero ya no es creíble la autoridad de quienes las promueven y dictaminan. Es triste constatar todo esto. Pero si ni siquiera nosotros ni, claro está, quienes tienen los instrumentos para hacerlo, saben valorar la importancia de lo que tenemos, ¿con qué nos vamos a quedar?
Diario del AltoAragón, 23 de noviembre de 2021 |
Para qué seguir...
En esta otra entrada (ver aquí) entrada hemos contado la historia de este camino.
Y en esta otra (hacer clik aquí) ya vimos las orejas del lobo.
¿Tendremos más horrores que ver?
Lamentablemente, seguro que veremos más horrores.
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarPor desgracia, se intuía desde hace tiempo, que acabarían equipando, este antiguo Camino de las Escaleretas, donde antes bajaban a pelo y durante muchos años, otros, hemos subido, con cuidado pero sin dificultad, este maravilloso paraje.
Por desgracia, no será el último, ya han equipado el barranco de Calderés, en Panticosa, ahora, a tocado al Camino de las Escaleretas, ¿Cuál será el siguiente …?
Un saludo