martes, 5 de octubre de 2021

25 AÑOS Barranco d'os Fornazos (Betiqueral)

Un día como hoy hace 25 años, el 6 de octubre de 1996, al domingo siguiente del éxito del Barranco os Cochás, efectuamos el primer descenso de os Fornazos. Estaba cantado, claro: siete días antes habíamos cruzado su cauce (prueba evidente) y también figuraba en los mapas.
Esta vez, el equipo de amigos era distinto. Mis amigos de Burdeos ya no pudieron venir, pero quien sí lo hizo fue otro amigo de aventuras:


Manolo Avellanas, Enrique Salamero y José Antonio Cuchí.

Para esta ocasión se trataba de un barranco que, estando en el "otro lado del Mascún" (el olvidado), es perfectamente visible desde el otro. Esto a día de hoy puede parecer sorprendente, sin embargo muestra muy bien dos hechos que aquí se evidencian bien: los lugares no típicos se frecuentan poco y, sobre todo, no se mira con curiosidad. O dicho de otro modo: con frecuencia no se ve lo que no se busca (aunque se tenga delante de los ojos). Esto se aplica perfectamente al Barranco d'os Fornazos:

Vista desde el Puyal d'Otín.
En rojo, muy evidente, el Barranco d'os Fornazos, en rosa el Barranco os Cochás y en naranja el Barranco Mascún.


Vista desde el Sendero d'as Peñas Altas.
Izquierda: el recuadro rojo señala Barranco d'os Fornazos, muy evidente también. Derecha: ese mismo tramo detallado.

En mis apuntes anoté que esta vez sí estaba seguro de por dónde iba a desembocar, ese lugar lo tenía mejor controlado. Y es que su final se ve perfectamente desde el fondo del Mascún:

Así se ve la llegada desde el fondo mismo del Barranco Mascún. ¿Cuántas veces habíamos pasado por aquí sin fijarnos?

LLEGAR
Esta vez la cosa fue diferente. Tengo anotado:
"Para acabar de rematarlo, la aproximación desde el Barranco de la Glera la hacemos (gracias a la perspicacia de Cuchi) por el antiguo camino de Pallebla que, para nuestra sorpresa, está limpio (y no parece reciente). Camino de preciosas vistas sobre Mascún, como no podía ser de otra manera. Además está marcado con los mismos puntos rojos que vimos en el barranco del domingo pasado, con lo que..."
Y así fue, José Antonio bajo un poco por la gran pedrera de ese barranco y encontró el arranque del camino. Lo seguimos sin complicaciones hasta el mismo cauce d'os Fornazos. Con posterioridad, al ir a repetir os Cochás comprobamos que la senda se iba perdiendo a partir de la divisoria entre ambos barrancos. Los puntos rojos, al igual que el estado del camino, los suponíamos obra de cazadores, los únicos que por aquí transitaban ocasionalmente.
Hoy en día, ya lo mencionamos al hablar de os Cochás, este precioso itinerario, ahora ya limpio y recuperado, forma parte de la "Vuelta al Mascún".
También vimos que aparecía situado en aquel mapa del ejército:

Servicio Geográfico del Ejército (1:50000, 2ª edición, 1988).
El Barranco d'os Fornazos lo señala la doble flecha roja. La flecha rosa indica el Camino Pallebla que en el mapa aparece en línea discontinua negra (su trazado es correcto pero no del todo exacto y falta de dibujar el tramo entre Cheto y el Barranco la Virgen).

Además, en este caso el futuro mapa 1:25000 no cometería el error de os Cochás y la desembocadura se sitúa correctamente:

Mapa IGN serie 1:25000, hoja 249-I Rodellar, 1ª edición 1997.
Doble flecha roja: Barranco d'os Fornazos. Flecha rosa: Barranco os Cochás.

BAJAR
Se repitió el mismo esquema que encontramos en os Cochás: unos minutos (no demasiados) de cauce entre vegetación y al llegar a las inmediaciones del Mascún aparecen los escalones rocosos y el lecho se precipita hacia su interior:

Este es el recorrido interesante del barranco: el gran resalte inicial y los dos finales.

El buen rápel inicial y algún rincón posterior tienen su gracia, pero la palma se lo llevó el final: vertiginoso, limpio y bien esculpido.


Izquierda: Anabel y Franck en la cabecera del primer rápel, años después (en 2012) y con una instalación nueva.
Derecha: Manolo baja en 1996 el tercer rápel, en el estrechito intermedio.

Tras el discreto estrecho intermedio encontramos un curioso e inesperado montón de grandes bloques y del otro lado un escalón de grandes marmitas rellenas de grava.


Izquierda: en este último bloque colocamos en 1996 la cinta de rápel.
Derecha: con posterioridad alguien lo resituó con spits en un bloque anterior (cinta roja).


Izquierda: el resalte de marmitas colmatadas de grava y arbustos. Al fondo ya se divisa el cauce del Mascún.
Centro: Franck rapelando por ellas en 2012.
Derecha: la misma imagen de las marmitas en 1996 y 2012.

Justo detrás de ellas nos dimos cuenta de que nos asomábamos definitivamente al interior del Mascún. Empezó lo más bonito del barranco:


Un precioso canalón colgado, perfectamente esculpido. La foto central y derecha corresponden a aquel día de 1996, las cuerdas fueron las primeras en tocarlo.

En estas últimas fotos ya se ve, en el mismo umbral, una diminuta marmita... llena de agua. Nunca se seca:

Siempre que he vuelto a este barranco hemos hecho la apuesta de a ver si conseguíamos no mojar las cuerdas.

La desembocadura del canalón surge del mismo acantilado, nos pareció un lugar encantador:


Izquierda: imagen de aquel día de 1996, Manolo está bajando y José Antonio aguarda su turno.
Derecha: en 2012 Franck y Anabel recuperan las cuerdas.

La continuación la vimos unos minutos antes con claridad desde el umbral del canalón:

Efectivamente, un amplio rellano parecía dividir en dos toda esta parte final y la canaleta que continua presagiaba la caída definitiva.

Y así fue:


El cauce empezaba bien formado, con algún resalte relleno de grava, luego se volvía completamente rocoso y desaparecía...
En la foto de la derecha se ven la vieja cuerda y la nueva cinta roja en el estupendo puente de roca que la casualidad nos obsequió aquel primer día.

Como 7 días antes empecé este rápel con el bloqueador instalado, el desnivel hasta el río no parecía pequeño. Y de nuevo tuvimos fortuna, un nuevo puente de roca en el lugar oportuno (aunque bien exiguo, eso si). Se ve que este Mascún nos tiene simpatía.


Vista desde esa última reunión: a la izquierda en aquel 1996 (de nuevo las cuerdas eran las primeras), a la derecha en 2012. Mascún corre por sus inmediaciones.

EL CROQUIS
Ese día empleé también, y por las mismas razones, la misma libretita que me llevé a os Cochás. Esto apunté sobre la marcha:



Y al poco lo dibujé en limpio:

Al comienzo del canalón anoté más tarde "cobertura Movie Line". Me refería a MoviLine, el servicio de telefonía móvil que en aquel tiempo utilizábamos, otros tiempos.

A Fornazos como a os Cochás he vuelto otras veces. La primera fue con ocasión de una salida que programé en el club Peña Guara de Huesca:

Aprovechamos para mejorar el equipamiento y reponer los desgastes que la propia naturaleza ocasiona.

Años más tarde, el 22 de febrero de 2009 y durante otra salida del club, actualicé la reseña:


A día de hoy ya hace tiempo que ni os Cochás ni os Fornazos conservan estos anclajes. Jabi Álvarez se ocupó en su momento de colocar instalaciones seguras y sólidas que permanecerán por muchos años evitando el incremento de ferralla en tan bonitos lugares.

BETIQUERAL Y NO FORNAZOS
Pues bien, así como el Barranco os Cochás es el Barranco os Cochás, el Barranco d'os Fornazos no es el Barranco d'os Fornazos. Ya en su momento tenía muchas dudas al respecto, pero tardé algún tiempo en aclarar los nombres. Mientras tanto lo publiqué, erróneamente, así.
Los señores Esteban Bergés de casa Tejedor y Severo Allué de casa Cebollero, ambos antiguos vecinos de Otín, pusieron orden en todo esto y me explicaron el nombre de cada cual.

Pongamos los nombres en su sitio:

Su verdadero nombre es el Barranco Betiqueral y aparece en rojo en esta panorámica junto a otros topónimos próximos.

Los rápeles finales del barranco, a partir del canalón colgado, se encuentran en el llamado Saltadero o Betiqueral (recuadro rojo).

Y entonces ¿qué es Fornazos? Se encuentra más abajo, veamos:

La Canal d'os Fornazos (en rojo) es muy amplia y cae también por la margen izquierda del Barranco Mascún, justo en la curva donde se encuentra el gran caos de rocas aguas arriba de la desembocadura del, mucho más conocido, Barranco d'Otín.



EN 7 DÍAS (Y 25 AÑOS)
Así fue cómo, en el margen de 7 días, ese "otro lado del Mascún" dejó de ser un desconocido para nosotros. Fue el primer paso por un terreno en el que, desde entonces hasta ahora, hemos ido llenando todos los muchos huecos que la curiosidad y el interés ponían al descubierto. Un encuentro con el pasado. Precisamente esto ha sido la mejor revelación de unos lugares que, para la mayoría, son simple escenario de una práctica deportiva.
Cuánto más se aprecia un sitio cuando sabemos realmente de él.



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