Algo queda, si. Antes en un solar tras el muro que los ocultaba. Después (hoy) entre casas del habitual patrón moderno (llamémosle así), igual de ignorados. Ni un solo cartel (parece que solo proliferan por el monte) indicando lo que son.
"Blondeau, que en 1886 -el año en que se instaló la fuente en la plaza de la Catedral- creó los conocidos lavaderos de San Julián, en la calle de Pedro IV, con el agua de ese manantial, (...)"
Carlos Garcés Manau. El Ayuntamiento de Huesca. Historia, arte y poder. Instituto de Estudios Aragoneses. Huesca. 2012.
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