domingo, 4 de junio de 2017

CORRESPONDER

Inesperadamente devolvimos el favor a la piedrecita. Nos gusta pensar que nuestro subconsciente actuó así.
Sacada de su lugar e incorporada a nuestra vida, se vino con nosotros en busca de amplitud de panorama.


Se encontraba en el monolito de la izquierda: l'Ajaguda.
La subimos al de la derecha: la Magdalena Superior.


Este fue su desplazamiento, de izquierda a derecha.
(Fuente: aplicación Maps de iPad)

Su casa, tantos y tantos miles de años allí:


L'Ajaguda.
Subimos por la arista y la encontramos al cobijo de una mata cimera.

Se encontraba en lado norte de la cima. Esto vio siempre:



Al día siguiente, todavía en el bolsillo del pantalón, la subimos a la Magdalena Superior:


Por el camino encontró a otras como ella.

Y una vez arriba:




La preciosa piedrecita:



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