miércoles, 27 de agosto de 2014

ASPE

Una cumbre desde hace años intentada.


Desde el Sur, la cima, más oscura, asoma tras un extenso karst intrincado, silencioso y solitario. 
A las 10 de la mañana del lunes 25 de agosto de 2014 está era la hermosa vista desde la cumbre azotada por un viento helador.

martes, 26 de agosto de 2014

CATÁLOGO PARA UNAS RODILLAS LESIONADAS (3)

Camino de Sestrales Alto el catalogador, con sus bastones y a paso de ratón, no pierde de vista las sucesivas líneas de horizonte que descubre.
Al llegar a la cima reconoce como, aquí también, lo pequeño y lo grande se encuentran juntos, a escasos metros. Una roca adornada que sólo mira al sur y, justo por encima de ella, una planicie que lo hace a los cuatro vientos.

CASTILLO MAYOR. Las líneas de horizonte








LO PEQUEÑO Y LO GRANDE

La roca adornada



Los cuatro vientos

sábado, 16 de agosto de 2014

CATALOGO PARA UNA RODILLAS LESIONADAS (2)

Todo buen catalogador sabe que no hay inventario aburrido, ni monótono, ni tedioso. Son estos adjetivos que pertenecen a los demás.
De esta manera es estupendo ir encontrando, una tras otro, los mojones de delimitación del Monte Público que se alinean, como pueden y salvando el vértigo, la línea de cresta de San Salvador.
Solitarios y expuestos a los vientos en lo alto de las proas del acantilado, pacientes y tranquilos en los rellanos que a veces encuentran, ahogados casi entre mantas de erizones que, así sin embargo, los protegen.
Tienen la piel rugosa, desgastada. Van vestidos de liquen, pueden presumir.
Miran al sur, escasamente alguno tiene el privilegio de saber lo que queda al norte. Extraño destino de todo lo inmóvil que, aunque sea por escasos metros, tardan cientos o miles de años en ampliar su horizonte por gracia de una erosión sin prisa alguna.












Vista hacia el sur

Vista hacia el norte 

Entre medio

miércoles, 13 de agosto de 2014

CATÁLOGO PARA UNAS RODILLAS LESIONADAS (1)

Qué hacer cuando uno busca piedras y no puede tocar las que construyen las aristas.

Sallent de Gállego

Béost

Aas


Bara



Benasque


Arguis

 
Urdués

UNOS MINUTOS ANTES

Nadie sabe qué le espera en cualquier recodo del camino. A mis rodillas les esperaba el suyo bajando de Bachimaña. Había muchas cosas bonitas, sin embargo.