sábado, 31 de enero de 2015

ANDADORES. Dos encuentros

Están por ahí. Pasan desapercibidos.
Hemos encontrado dos. Sin buscarlos. Puede que solo así aparezcan. Llevan su propia vida.

Andador diminuto

Andador fugaz

viernes, 30 de enero de 2015

MEMORIAS DE LA GUARGUERA

No es el primer libro de estas características, ya hubo uno antes de título casi igual. Se publicó en el 2001.
Esta vez es un señor de Yéspola quien escribe sus memorias. Es una narración breve y sencilla. Y encantadora en su sencillez. Ójala hubiera más testimonios, de toda índole y de primera mano, de los lugares que en esta provincia pasan sistemáticamente a un olvido casi completo.
Hay que darse prisa. Son muy pocos los ejemplares editados.
Enhorabuena a quienes lo han hecho posible.


jueves, 29 de enero de 2015

EL PASADO EN SERVETO Y PLAN

¿Seguro que fue encontrada en Grecia? ¿Está en el Louvre?

La Victoria de Samotracia
En Serveto, camino a Feneplán

Suerte la de los niños curiosos de Plan.
En el paseo peatonal que baja de la iglesia bordeando el barranco, tienen un museo de fósiles al aire libre. Que bien se ven, a la luz de la tarde, las huellas dejadas hace millones de años.



miércoles, 21 de enero de 2015

25 AÑOS. AÑISCLO INFERIOR

Fue al día siguiente del Barranco Sarratanas (ver aquí). ¡Menudo cambio!
Día por día, uno como hoy, volvíamos al cañón de Añisclo 1 año después (ver aquí). Hace ahora de ello 25 años.


Esta vez éramos otros.
El 21 de enero de 1990, Agustín Abarca, Carlos Puyal y Enrique Salamero efectuamos el primer descenso invernal del Desfiladero de las Cambras, el final de Añisclo, en el río Bellós.
También entró con nosotros Mariano Vallés pero, al empezar a nadar la primera gran badina, el frío decidió por él. Algo parecido ocurrió con los pies de Carlos en la segunda mitad del descenso.
El día de antes había intentado contactar con Rafa Larma para que se viniera, pero mi madre, que era la encargada, no lo encontró. Lo vi el lunes siguiente en la tienda que tenía en Zaragoza. Me dijo que no pasó pena por ello, que se ve muy bien desde la carretera... Por entonces estaba empeñado en ir al Barranco de Soaso (por encima de la Cola de Caballo) cuando cayera una buena nevada. Ramón no lo veía claro y yo no me pronunciaba. Se quedó en el tintero.


La flecha azul A señala el lugar donde empezamos el descenso (una pequeña represa de la antigua estación de aforo). La flecha azul B indica el puente donde finalizamos (era el sitio más fácil para alcanzar la carretera). El punto rosa marca la zona de picnic donde ultimamos todo.
(Fuente: mapa 1:25000 Ordesa y Monte Perdido, IGN y Prames. 2000)

Hacía tanto frío en la sombra que decidimos ponernos el traje de neopreno a pleno sol, poco antes del área de picnic que hay junto a la carretera poco antes de llegar al final del desfiladero viniendo de Escalona. Así fuimos, dentro de los coches, hasta el inicio del descenso. Se trataba de los mismos trajes de la otra vez, de 3 mm. Afortunadamente llevábamos guantes (de 2,5 mm). Los escarpines eran también de 3. Y yo de nuevo aquella camiseta de Duofold, de corte recto y nada ajustado.

Esta imagen la tomo Gemma cuando nos cambiábamos: Mariano (punto verde), Agus (punto azul), Carlos (punto naranja) y Quique (punto rojo).

Dos fotos más del mismo momento. Los cuatro junto a una señal de pista deslizante (Agus al sol) y en la otra estamos Quique, Carlos y Gemma.

En esta ocasión la cosa fue más benigna. La aproximación desde el coche era de menos de 1 minuto y no encontramos nieve como la vez anterior, solo escarcha. Empleamos menos tiempo y el retorno lo hicimos de día y a pleno sol, la carretera estaba a pocos metros.

El descenso, cualquiera que haya pasado en coche lo sabe, es muy poco soleado. La larga primera parte son pasillos acuáticos en sombra:


 

Luego el cañón efectúa giros amplios y se ensancha. Entraba un sol tan precioso como apreciado. Al final volvía a estrecharse en el desfiladero al que vierte Fuen de Baños:



Esta vez no dibujé ningún croquis, el barranco era muy largo, muy parecido y con pocos resaltes. Lo cierto es que no recuerdo que empleáramos la cuerda en ningún momento, lo saltamos todo. También fuimos todo lo rápido que pudimos, había tantos tramos que nadar y con ese frío...
A la vuelta en Ainsa encontré a mi peluquero de entonces (aún lo sigo viendo por aquí) y al siguiente martes, cuando fui a cortarme el pelo, hablamos un rato de Añisclo. Él, Alberto, era un buen pescador y apreció bien nuestro interés por el río Bellós. Y de sus truchas, "las más finas de la provincia".
Hubo mala suerte con las fotos. Fernando Biarge me dejó su cámara acuática pero me salieron todas movidas. Cosas de la poca luz (y de la tiritona). Afortunadamente Mariano Vallés y Gemma Garcés hicieron algunas desde la carretera que sí han perdurado:

 
En ambas, el punto blanco señala a uno de nosotros. No se distingue quien.

Al día siguiente, lunes, anoté en mi agenda:
"Tengo que hacer la 1ª invernal del tramo superior de Añisclo. Tengo las otras dos"
Y ese mismo jueves vuelvo a anotar:
"Hablo con Agus A. de ir un día de la semana que viene al tramo superior del Bellós. Duda con la meteo"
Y no hubo más. La idea se fue diluyendo, los inviernos pasaron. Por una cosa u otra, sin razón especial, los proyectos pueden tanto precipitarse como esfumarse. Esto último le ocurrió al tramo superior del Bellós.


martes, 20 de enero de 2015

25 AÑOS Y UN MISTERIO. BARRANCO SARRATANAS

Lo habíamos visto montones de veces. Cualquiera lo puede observar con claridad meridiana al pasar por la carretera que desde Colungo sube hacia Arcusa:


IZQUIERDA. El punto rojo señala el Barranco Sarratanas tal y como se ve al pasar por la carretera. A la derecha se distingue el puente que cruza el Fornocal.
DERECHA. Desde un poco más abajo, además del de Sarratanas (punto rojo), se ven también (punto naranja) las Palomeras del Fornocal (ver aquí).

Se presenta en toda su longitud. Nace en un circo y va excavándose hasta efectuar, a su final, un giro raro y profundo (luego lo veremos). ¿Estaría ya bajado como su vecino Palomeras?.
No recuerdo ni apunté los pormenores que nos llevaron a bajarlo. No debió haber ninguno en especial. Después de los de Vadiello y estando tan reciente el de Alpán, era cuestión de tiempo ir a por el. Así fue.
El 20 de enero de 1990, hace hoy 25 años, Fernando Biarge y Enrique Salamero realizamos el (primer) descenso del Barranco Sarratanas:



La agenda muestra que acabamos el descenso con varias dudas y sorpresas.
Como de costumbre, no sabíamos como se llamaba. Anoté "Sarratanas" unos días después. Con Santiago Agón, una vez más, no encontramos su nombre (tampoco he vuelto a preguntar), solo que el caos final aparecía nombrado en el catastro como "Cueva Aguilar" (seguramente por lo oscuro y abovedado de la muralla que lo cobija). Volvimos a coger el nombre de una partida cercana.
El otro misterio, el más gordo, lo veremos al final.



En las dos fotos anteriores aparece el barranco tal y como iba transcurriendo. Una bonita cabecera que se iba estrechando como mandan los cánones del conglomerado. Era algo que ya conocíamos. Lo bueno estaba por llegar.
El final del barranco efectuaba de repente un zigzag marcadísimo y se hundía. Su comienzo nos dejó estupefactos:



Era como si la enorme bóveda se hubiera desprendido en bloque y sus restos, tal cual, casi monolíticos, obligaran a girar a su alrededor. No obstante, la margen derecha penetra intacta en su interior, como si el cauce nunca hubiera trazado previamente un camino recto.


IZQUIERDA. Desde cierto ángulo se obtiene una espectacular sensación de bloque desplomado y redondeado por la erosión.
DERECHA. Tras rodear, el cauce se hunde marcadamente.

Esta formidable visera hundida, completamente escondida desde la carretera, daba paso muy poco después a otra más intrincada y fragmentada, la mencionada Cueva Aguilar. !Cuantos rincones de interés!


Este es el croquis que dibujé el lunes siguiente.

Y llega la hora del misterio.
Aquel día equipamos todos los rápeles finales sobre piedras empotradas y algún puente de roca. Nos dieron la confianza suficiente. Sin embargo, cuando llegamos al último, el que abre el pasillo estrecho a la garganta del caos final, encontramos esto:


El recuadro rojo señala su ubicación.

¿Qué hacía allí un casquillo de spit, pésimamente plantado y sin plaqueta de la que rapelar? ¿Por qué había uno allí y ninguno antes?.
Nunca lo hemos sabido. Nunca nadie se ha puesto en contacto con nosotros. Y sin embargo, alguien estuvo allí antes. ¿Cómo, o desde dónde, llegó hasta este umbral? ¿Qué hizo para salir de allí?
Nosotros no encontramos ni rastro aguas arriba.


Esta poza de Sarratanas nos recuerda que siempre quedan luces, sombras y velos por desvelar.

sábado, 10 de enero de 2015

25 AÑOS. BARRANCO DE ALPÁN

El 3 de diciembre de 1989, dos días antes de la primera del Barranco de Obis (ver aquí), Fernando Biarge y yo realizamos el segundo descenso del Barranco de Lumos. Nuestros amigos del cámping de Lecina habían efectuado la primera unos meses antes.


En mi agenda ya anoté que nos había llamado la atención un afluente que venía por la izquierda... Lo vimos con evidencia durante el regreso, bien contentos, por la cresta divisoria (qué tiempos aquellos... sin acabar el que bajábamos ya veíamos el siguiente):

Izquierda: los puntos rojos señalan el Barranco de Alpán (el superior su cabecera y el inferior su tramo final), el punto naranja marca el Barranco de Lumos.
Derecha: el Barranco de Alpán visto de cerca.

Lo teníamos bien presente, de tal manera que el 5 de enero siguiente fue el primero que visitamos durante una salida exploratoria que hicimos de nuevo los dos junto a Álvaro Santolaria. Esta vez lo anoté breve y definitivo: "Vero, afluente del Lumos. Es bueno".
Y así fue. El 10 de enero de 1990, Fernando Biarge, Álvaro Santolaria y Enrique Salamero volvimos y descendimos por primera vez el Barranco de Alpán.

Así lo recogí en la agenda.

Teníamos el nombre por averiguar. Al día siguiente fui a la oficina del catastro a visitar a nuestro amigo Santiago Agón pero no encontramos ningún topónimo referente al barranco, de manera que acabamos por llamarlo con el nombre de una partida de la zona: Alpán. En otras palabras, no sabíamos, ni sabemos, como se llama. Probablemente bastaría con hablar con alguna persona mayor de Colungo, Asque o Alquézar, pero no lo hemos hecho nunca.

Por lo que respecta al barranco resultó tan interesante y encajado como prometía, ¡incluso aparecieron unos inesperados oscuros! (estos, formados por el desprendimiento masivo de una gran bóveda, volverían a repetirse tal cual en un nuevo barranco algunas semanas más tarde, pero no adelantemos acontecimientos).

Izquierda: el interior del barranco.
Derecha: la entrada a los oscuros.

Se nos estropeó el burilador (y no teníamos otro) en el momento más oportuno, nunca mejor dicho ya que justo a partir de ese momento, y afortunadamente, los rápeles que aparecieron pudimos instalarlos sobre naturales. De todas formas no hubiera sido nada demasiado grave ya que, tiempo después, hemos destrepado estos últimos cuatro rápeles (incluso saltado el tercero, el anterior al afluente izquierdo).
El croquis lo dibujé dos días después:


Esta primera no tuvo más incidentes, sin embargo la sonrisa de lo estrafalario vendría cuatro años después.
El 12 de marzo de 1994 lo volví a repetir con Mariano Casanova y Eric Zindel. Nos aguardaba una sorpresa completamente inesperada en el fondo de una de las pozas de la primera parte. Ciertamente uno nunca sabe lo que va a encontrarse a la vuelta de la esquina.

En una de las fotos aparece Eric y el piolet que clavé en la grava para hacer un poco de comedia. En la otra lo he fotografiado hace unos días, todavía me acompaña en las excursiones sencillas por nieve.


jueves, 1 de enero de 2015

6 PIEDRAS Y UNA PUNTA SECUNDARIA

Nunca sabe uno lo que va a encontrar. Tan solo buscábamos sol y paisaje, no imaginábamos lo que apareció.

LA PUNTA SECUNDARIA
Por lo que respecta al sol y al paisaje, estuvimos servidos.
Subimos al Portiello Tella y alcanzamos la cima de un promontorio, tan modesto como de vista maravillosa: la Punta Buxaruelo (2167 m).




LAS 6 PIEDRAS
Se encuentran a lo largo del camino que utiliza la GR que cruza el Portiello de Tella, por encima de la línea de bosque y del escarpe característico donde se abre, entre otras, la conocida Cueva de los Osos.
La mayor parte se localizan en los llanos superiores, solo una aparece en el extremo inferior.
¿Habría más?


Los puntos rojos indican la localización de las piedras. El más inferior es la situada más al sur, es la número 1.
(Fuente: aplicación "Mapas" de la tableta iPad)

Piedra 1
Clara y evidente, se encuentra en el camino, a escasos metros de la pista.
Tiene la marca blanca y roja de la GR.
Le separa una corta distancia del escalón rocoso ya mencionado, como si señalara la entrada a las planicies superiores.


Así se ve tras pasar el zigzag de la pista.


Piedra nº 1. Al fondo Cotiella.

Piedra 2
La veremos inconfundible en medio de la ladera que sube suavemente hacia la zona de puerto, algo más arriba de la Mallata Buxarbala y muy cerca de la pista.
Está alejada de la piedra nº 1 pero mucho más cerca de la nº 2.


Izquierda: la flecha roja señala la piedra nº 2 y la rosa la nº 3. En el centro se distingue el colladito del Portiello Tella.
Derecha: vista desde la pista y tras sobrepasarla.

La piedra nº 2 desde la pista.

Piedra 3
Es la más espectacular.
Aparece justo donde acaba la ladera y se inician las planicies que llevan al puerto.
La pista pasa a su lado y a ella llega también el camino de la GR.


La piedra nº 3.
La flecha naranja señala la nº 4, la rosa la nº 5 y la azul la nº 6. Tras la azul se recorta el Portiello Tella.

Camino de la piedra nº 4 se muestra muy bien el estratégico emplazamiento de la nº 3.

Piedra 4
Se levanta junto a la pista, poco más arriba de la anterior.
Es más discreta pero se yergue inconfundible y alineada con las otras.


La piedra nº 4.

Piedra 5
No se encuentra en la pista (no está lejos) sino en las inmediaciones de la GR, alineada también con las otras.
Curiosa y diferente. Diríase natural pero el apilamiento es sospechoso.


La piedra nº 5 (flecha roja) y la nº 6 (flecha rosa).

Piedra 6
Al lado de la pista y también junto a la GR.
Son dos bloques de forma llamativa y superpuestos.


La piedra nº 6

ALGUNAS PREGUNTAS
No vimos más piedras durante nuestro ascenso al Portiello Tella y no nos pusimos a rastrear. ¿Habrá alguna más, quizá caida?.
Hay varias cosas que nos sorprenden y que las dejaremos aquí nombradas sin aventurarnos a conjeturas:

  • Son las únicas piedras erguidas en el entorno y todas están alineadas. Apuntan al Portiello Tiella, viejo lugar de paso, pero también a una vaguada con fuentes y pastos. En cualquier caso parecen señalar algo.
  • Parecen levantadas ex profeso, salvo quizá la nº 5.
  • ¿Son anteriores a la construcción de la pista? y si no es así ¿para que tomarse tanto trabajo?, la propia pista ya sirve de guía. ¿Para orientarse cuando la nieve borra la pista y hay niebla?. Sigue pareciendonos desmedido, podrían plantarse estacas en su lugar.
  • Ninguna publicación que conozcamos (tampoco conocemos todas) las menciona. Esto también llama la atención. En algunas webs que hemos ido consultando las señalan pero nadie parece hacerse preguntas.

En fin. Esto debería investigarse.