martes, 23 de junio de 2015

UN PERFIL CON VISTAS

No pasa una sola vez que no miremos Peña Montañesa tras cruzar Aínsa y Labuerda.



Y siempre dirigimos la vista al perfil de la izquierda, la arista norte.
Supimos por primera vez de este itinerario gracias a la guía del CEC "Posets-Maladeta". Creo que fue la primera que compré, en 1976. En ella hay un dibujo y una pequeña descripción.



Por lo tanto la arista no se cogía en su misma base, en realidad defendida por un paredón, sino más arriba, donde más se individualiza y endereza, separando las caras norte y oeste.


La flecha roja señala su inicio.

Lo cierto es que se coge un poquito más abajo, trepando por la divisoria según el gusto de cada cual (y según lo bajo que se acceda).

Escalé esta arista el 19 de junio de 1994. Íbamos cuatro. Yo me encordé con Mariano Casanova y Ramón Bitrián con Lorenzo Buil. El doctor Chema Fácil se quedó en La Collada, nos acordamos bien.
Éste es el croquis rápido que hice en un cuaderno:



Y sí, en la reseña ya apunté lo que yo recordaba y pudimos luego volver a comprobar: esta arista es casi una escombrera.
Pero atención, es una escombrera con vistas maravillosas. No abundan los lugares con tanto espacio delante, con tanta sensación de volumen vacío entre donde se está y las montañas de en frente:


Vista desde el tramo final de la arista.

21 DE JUNIO DE 2015
El día más largo del año hemos podido coincidir los tres para escalar la arista.
Por aquí estuvimos:


Llegamos a La Collada a las 8.30, un buen momento para apreciar esta piedra. Vamos a ver unas cuantas hoy.


Peña Montañesa desde La Collada. El recuadro rojo enmarca la arista.
A la vista de esta imagen uno ya se puede imaginar la gran panorámica que vamos a tener luego.


Aquí alcanzamos la cresta tumbada que precede a la arista final.
Ya se ve casi todo, tan solo vamos a coger altura. El paisaje parecerá quedarse abajo.


Trepando por esa cresta. Puede improvisarse por donde se quiera y cambiar así la dificultad. Hay buen patio por la derecha.


Ya hemos llegado a la brecha de inicio. Mariano se mira por donde vamos a subir a largos.
Y este es el frontón por el que hay que escalar para alcanzar la arista.


Llegada a la primera reunión.

Una gran vista desde el escondrijo de R2. A la izquierda iniciando el largo que a él conduce. A la derecha, superado el diedrito que de él parte.

Mariano sale del diedrito y Anabel sube por el espoloncito hacia la canal de R3.


Este incomparable lugar es la cuarta reunión... después de un largo bien roto. No hay bien que por mal no venga.

Anabel y Mariano llegan a la brecha de R5, otro bonito balcón. Yo empiezo el sexto largo.

El paisaje ya lo rodea todo por completo. La vista se escapa.
Anabel en el sexto largo y junto a Mariano en la trepada final del séptimo.


Llegada a la cima. Mirando al norte.

Y aquí estamos todas las cordadas juntas en la cima. No hay nadie más, no sopla ni el viento.

Y esta es la reseña, vuelta a dibujar 21 años y dos días después:


Los tres clavos que encontramos son de los que dan más moral que seguridad. Empleamos un cuantos bicoins (no demasiado pequeños), algunos friends (Camalots 0,75-1-2-3) y abundantes cintas y cordinos de diferente longitud. Casco también, claro.

¿Vía recomendable? Quien lo dude...

martes, 9 de junio de 2015

AL PÈNE SARRIÈRE (y la cámara en el coche)

Bien se valió de la cámara del móvil y de unas fotos familiares del 2008.
Y qué decir de esta montaña que todo escalador del Pirineo, tarde o temprano, llega a conocer. Pues que nos tocó a nosotros el pasado 7 de junio. Y fue toda nuestra, valle incluido, salvo una pareja que salió de la cara este en el último largo. Día fenomenal y nadie por ningún lado. ¿Va a ser verdad que todo el mundo va a los mismos sitios?


Subimos la arista sur. El próximo 5 de octubre hará 87 años que la recorrieron por primera vez (y en ambos sentidos) François Cazalet y Henri Sarthou. Para el primero de ellos, que contaba 16 años, fue la primera de las vías que abrió (ver aquí).




Extraña montaña. Por el sur es rechoncha y ensanchada. Hacia el norte se estira y adelgaza hasta ser una lámina. Famoso tabique.

Hay una buena reseña de la arista en el blog "Escalando" de X. Larretxea (ver aquí).
En las fotos que siguen señalamos el itinerario tal y como lo hicimos y nos pareció:



Todo es favorable a su escalada. No hay escasez de presas, están ahí y están dispuestas de forma harto propicia. Parece mentira.
Eso sí, es verdad. La famosa "Taillante" requiere tranquilidad, pero tampoco demasiada, no es difícil.




Desde la propia arista el paisaje siempre es bonito. Madrugar permite ver como la sombra por donde escalamos corre por el suelo y cambia de forma

Y claro que no estuvimos solos. En las oquedades de las rocas las plantitas estaban en su primavera. Vimos varias chovas cruzar y volver de uno y otro lado, con sus patitas recogidas, a veces sueltas al aire. Y un treparriscos con sus alas rojizas dejar la arista para adentrarse decidido al centro del valle que baja del Lac d'Anglas. Seguro que en los rellanos de hierba que dominan desde arriba la arista todavía está el atento conejito que vimos en agosto de 2008. Y en la cima salieron corriendo de nuestros bolsillos las dos pequeñas marmotitas que siempre se encuerdan con nosotros.