Una mole de impresión.
Tan independiente y aturdidora como las murallas del Midi d'Ossau.
Cuando llegábamos a Horcados Rojos, nos lo estábamos imaginando. Nos volvimos a quedar petrificados.
Que bueno es llegar por primera vez a un sitio sin saber lo que vas a encontrar.
Pasado un rato, la inmensa y desierta hondonada del Hou Los Boches también nos descolocó.
Dos días después, desde el precioso Madejuno, el mismo ángulo de tiro:
Cima. Nadie. El "murallón" y el Naranjo.
De cerca. También la Torre de Horcados Rojos.
Más de cerca. Unos puntitos en Horcados Rojos donde ya estuvimos.
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