martes, 27 de mayo de 2014

POR GRAUS

Veníamos a subir la Peña el Morral. Cosa que hicimos.


Pero ya nos dimos cuenta que nos gustaba más lo que teníamos a la espalda. Cuantos tejados juntos.


Si nos gustó... Un observatorio con su huerto.

Pero encontramos algo más.


Un muy viejo olmo. Sobreviviente a la grafiosis, a un fuerte vendaval, recubierto de cobre en espera de protección.
Supimos en seguida que lo quieren mucho. Encontramos estos versos de Francisco Castillón en el Llibré de 1979:


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