Cuentan que aquel que consigue rodear el edificio de la ermita consigue todos los favores celestiales que pida.
Quizá por eso no conseguimos los favores que al principio buscábamos. Aunque conseguimos otros. No en balde, también acabamos por rodear la ermita a nuestra manera y, al llegar arriba, nos encontramos que se celebraba el àplec anual de la Virgen de la Mare de Déu de la Pertusa. Misión cumplida y círculo completado.
Con vistas así no hacen falta muchas justificaciones:
Incluso los hombres de poca fé llegamos en el momento y lugar adecuados:
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